El derecho fundamental a una alimentación sana, digna y equilibrada.
Esta es la lección 890 del diplomado en educación para la vida en familia y el tema es, el derecho fundamental a una alimentación sana, digna y equilibrada.
El Art. 42 de la constitución ordena que la pareja, hombre y mujer, debe, tiene la obligación de sostener a sus hijos mientras sean menores o impedidos. Sostener es mantener y alimentar,
El Art. 44 de la Constitución dispone que las niñas, niños y adolescentes tienen el derecho fundamental a una buena salud a una alimentación equilibrada, derecho que se extiende a todas las demás personas residentes en Colombia.
El Art. 49 de la Constitución dispone toda persona tiene el deber de procurar el cuidado integral de su salud y de su comunidad.
Alimentar es sostener, nutrir, aportar para la buena salud. Debemos alimentar el cuerpo, la mente, la espiritualidad que puede ser asimilada al concepto alma, el amor propio, el amor a la familia, el amor al trabajo y a la ocupación.
Y como la buena alimentación, la alimentación digna y equilibrada, contribuye a la buena salud, es importante tener en cuenta que para la lograr estos buenos resultados se requiere dinero, conocimiento, auto estima.
Un país en el que la mitad de sus habitantes no tiene ingresos suficientes para garantizar una vida digna, que no tiene suficiente información y educación para orientar sus vidas personales y las de sus familias, debe tener falencias en la garantía de su derecho a la buena alimentación integral. A lo anterior debemos agregar la inseguridad, el miedo social, la corrupción, los insultos e injurias que son pésimo alimento para la salud mental.
La educación, la cultura de la buena alimentación y nutrición son escasas en Colombia. Por el contrario, se enseña a mal comer, a consumir lo que llaman comida chatarra, a consumir licores y hasta estupefacientes, a no cuidar el cuerpo y la mente, a discutir por tonterías, a ser contestatarios, lo que daña la salud mental, a reprochar a la pareja y a los hijos y a los padres lo que daña la salud afectiva y todo estos consumos dañinos se reflejan en enfermedades físicas y mentales a temprana edad, con gran costo social y en la seguridad social. Y muchas autoridades son felices engañando a las personas con frituras, alcohol, música de cantina y desamor que dañan familias y la economía de los alegres consumidores que ponen en peligro sus vidas y las de sus familias y conciudadanos, en dañinas verbenas populares.
Es tiempo de hacernos un chequeo ejecutivo de nuestras formas de alimentarnos para tomar los correctivos que nos ayuden a vivir sanamente, en paz y prosperidad.
Su amigo, abogado y profesor
Carlos Fradique-Méndez