La del 91, para personas decentes y honradas
La Constitución de 1863, fue para ángeles, según frase atribuida al escritor francés Víctor Hugo. En la práctica hubo ángeles guerreros que determinaron un cambio radical (desde el olimpo) dicen que hasta 1886.
En 1991 se derogó lo poco que quedaba de la constitución de 1886 y todas sus reformas y se promulgó una constitución de consensos para un gobierno que se comprometió a lograr un Estado social de derecho, cuya concepción está en ciernes.
Las ideas, las ideologías son realizables si las personas que las deben desarrollar obran de conformidad. Si no lo hacen todo se queda en el mundo de la teoría. En muchos aspectos Colombia ha tenido avances, pero en lo verdaderamente sustancial no parece que hayamos avanzado. La paz y la sana convivencia siguen siendo una ilusión.
La Constitución de 1991, en sus breves 33 años de existencia ha sido reformada 55 veces vía actos legislativos y unas cuantas vía sentencias leyes y unas pocas vía tutela. Algunas reformas vía actos legislativos fueron declaradas inconstitucionales.
Es importante anotar que muchas leyes que representan la columna vertebral de la Constitución han sido reformadas por sentencias leyes y han cambiado en buena parte la esencia de la Constitución.
De la lectura del texto original se puede afirmar que la Constitución de 1991, se promulgó para personas civilizadas, decentes y honradas.
Respecto de las personas.
Invocando la protección de Dios y con el fin de asegurar a sus integrantes la vida, la sana convivencia, el trabajo digno, la justicia eficaz, la igualdad ante la vida, el conocimiento útil, la libertad y la paz, dentro de un marco jurídico, democrático y participativo que garantice un orden político, económico y social justo, y comprometido a impulsar la integración de la comunidad latinoamericana nos comprometemos a:
- Que Colombia sea un Estado social de derecho, fundado en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general.
- Respetar la vida en todas sus formas, a no causar lesiones físicas, mentales, afectivas, laborales, a no matar ni física, ni moralmente.
- Garantizar la igualdad real ante la vida respetando las diferencias, las categorías, las especies, la esencia de los seres según lo demanda la naturaleza y su dignidad humana.
- Garantizar la paz y la sana convivencia con nosotros mismos, en nuestra familia y en nuestra sociedad.
- Garantizar el trabajo digno y la remuneración justa.
- Garantizar la libertad en todos los sentidos sin violar los necesarios limites de su ejercicio de tal manera que no caigamos en libertinajes o desórdenes.
- Cuidar nuestra familia, su unidad y evitar todo acto de violencia. Sabemos que la familia es la célula fundamental de la sociedad y que un país es lo que son sus familias y sus maestros o docentes.
- Ser progenitores responsables, educando a nuestros principalmente con el buen ejemplo.
- Garantizar el equilibrio ecológico, la recuperación del ambiente, el respeto a la madre tierra.
- Honrar nuestros sentimientos de colombianidad y a participar de manera responsable en la constitución de nuestro gobierno representativo y democrático.
Respecto de los funcionarios
- Los funcionarios deben observar de manera precisa la constitución y la leyes y están sometidos a su imperio.
- En el evento de recibir órdenes superiores, si estas son manifiestamente ilegales, tienen el derecho y hasta el deber de desobedecer.
- Las autoridades saben de manera clara y precisa que están instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás derechos y libertades, y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares.
- Por esta razón no están permitidos los abusos de poder, la inercia frente a violaciones manifiestas de los derechos de los particulares. Los funcionarios no pueden ser proclives a la mentira, al engaño, a la corrupción.
- Los funcionarios tienen diferentes funciones, pero todas son complementarias para garantizar los fines del Estado. En especial los funcionarios deben acatar con el mayor respeto las decisiones de los jueces, que no pueden ser caprichosas y menos con tendencias políticas o ideológicas que contradigan el espíritu de la constitución.
A todo lo anterior debemos agregar que la forma de gobierno de Colombia es unitaria y democrática, con verdadera democracia que no es sólo el poder votar sino por sobre poder votar, elegir a personas capaces, honradas, comprometidas y hacerlo con responsabilidad, en libertad, sin votos comprados o amañados.
Y para que logremos todo lo anterior, o por lo menos gran parte de lo anterior, Colombia necesita personas honradas, decentes, que no injurien, que se hagan respetar, que no se crean monarcas, emperadores, dictadores sin Dios ni ley y con derecho a insultar sin que nadie los juzgue y todos le obedezcan.
Una nota final: hay quienes proponen que la Constitución se debe modificar para consagrar un nuevo modelo de gobierno y tal vez de Estado. Me quedo con quienes consideramos que lo que debemos hacer es aplicar en términos precisos la actual constitución privilegiando los deberes sobre los derechos y la honradez sobre la cultura de los astutos y engañadores.
Abog. Carlos Fradique-Méndez Sr.