Nos han formado cultura de belicosos y ni la familia, ni la escuela, ni los colegios, ni los medios, ni la sociedad, ni los funcionarios del gobierno tienen programas para educar, formar e informar de tal manera que la agresividad sea cero o por lo menos que se minimice.
Por el contrario, incrementan la cultura de la violencia contra las mujeres. Inculcarles la idea de que pueden agredirse perdiendo su identidad femenina, generando canciones de cantina que ensalzan el consumo de licor para olvidarlas y agredirlas porque ejercen su sagrado derecho a decir no o a rechazar una relación afectiva que consideran que no les conviene, insistir en que son incapaces de decidir por si mismas, hacerles creer que deben obedecer a su pareja,