Mi deseo es que todos en Colombia y el mundo, si las creencias religiosas nos unen vivamos estas festividades con alegría, con entusiasmo, con optimismo, con fe en los años venideros, con tolerancia, con perdón, con la promesa de vida en sana convivencia, en libertad, en progreso, en felicidad.
Para lograr estos sanos propósitos, en teoría es muy fácil, pues es suficiente con sólo activar nuestra voluntad de vida feliz, de vida en amor, de vida en gracia y prosperidad.