VOLVAMOS AL CONTRATO SOCIAL
Vuelvo a Hobbes y a Rousseau quienes plantearon la necesidad de firmar un “contrato, un pacto social, en el que se defina un poder centralizado que tenga la autoridad absoluta para proteger a la sociedad, creando una comunidad civilizada”. Todas las constituciones y leyes son de alguna manera pactos sociales de obligatorio cumplimiento de los que todos buscan tomar ventaja y a veces lo logran por la burla que de esos pactos hacen las autoridades judiciales y administrativas. Del ejercicio burlesco y torticero de las leyes nacen las mayores inequidades, la acumulación de privilegios y el aumento de las desigualdades negativas. Las brechas entre poderosos y miserables son aterradoras. El 60% de familias cercanas a la línea de miseria, el ser Colombia uno de los países con mayores desigualdades e inequidad y su pelea por ser el campeón en corrupción confirman que de civilización tenemos poco y que los animales, los salvajes nos llevan ventaja. Los civilizados son los animales, los humanos seguimos en el tiempo de las cavernas ahora en mármol y con cortinas de sedas y vajillas en porcelana.