Las causas verdaderas de la corrupción no se tocan. Las listas abiertas, los acuerdos de gobernabilidad a través de ferias de contratos, la pésima educación en valores, todas las formas de mermeladas para lograr favores políticos, la distribución de la burocracia entre los familiares de los congresistas y sus pares, el narcotráfico, la falta de preparación de los funcionarios, la ausencia de controles eficaces, los monopolios para corromper como el de los licores, el derroche y manejo disipador de los dineros públicos quedan intactas.
Entonces lo que se propone es una manifestación visceral, inane, para malgastar 70 u 80 mil millones de pesos que se suman a los que se han malgastado en miles de actos de corrupción que tienen a Colombia al borde de ser un País inviable.