Debemos aventurarnos a identificar las verdaderas causas de la guerra, que en muchas sociedades son apenas causas del conflicto social. Me arriesgo a enlistar las siguientes:
La pobreza que en muchos sectores está emparentada con la miseria y con quienes atizan el crecimiento hasta geométrico de estos flagelos sociales, la falta de políticas de crecimiento de población y el auspicio de hacinamientos, el desempleo, la violencia y el multi maltrato en la familia y contra la familia, la propuesta de aniquilar la familia y la creencia de que puede ser efímera y sin compromisos, la acumulación de privilegios por unos pocos, la educación carente de valores, la información esclava de la tecnología y de artículos en-riquecidos de sofismas, la mini corrupción que se expande hasta la gran corrupción que forma cultura ciudadana, la inequidad por el abuso en los mercados internacionales, la desaparición de fronteras sin haber previsto sus consecuencias, la creencia de que Dios tiene solo una figura en vez tolerar la idea de que cada uno de nosotros somos espejos de la Divinidad o la lucha por imponer el ateísmo, que es otra religión; el manejo de los mercados –de todos- por solo unos privilegiados, la crisis de los sistemas de justicia por ignorancia o por tendencias ideológicas o por mera arbitrariedad, la adhesión al poder para fingir democracia y ocultar la dictadura que está a la vis-ta de todos, ….
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