CARTA A MARIA JOSE Y A JOSE MARÍA (I PARTE)

CARTA A MARIA JOSE Y A JOSE MARÍA (I PARTE)

DIPLOMADO EN EDUCACIÓN PARA LA VIDA EN FAMILIA (383)

Carlos Fradique-Méndez
Abogado de Familia y para la Familia

Esta es una lección de educación cívica y el tema es CARTA a los y las adolescentes y jóvenes de Colombia a quienes identifico como MARIA JOSE Y JOSE MARIA.

Apreciados María José y José María, felicitaciones por tener la suerte de vivir en plena adolescencia y juventud.

Yo estoy en la edad madura, pero también tuve tuve 20 años y un corazón vagabundo y tuve la fortuna de ser rebelde y la sensatez para no cometer locuras sin salida.

El final de mi adolescencia fue paralelo con la “revolución” cubana, con la mula revolucionaria, con la fascinación de bailar la bamba, con las primeras pruebas de marihuana, con la patada en el trasero de la decencia por la fascinación irrespetuosa de los nadaistas, por el desafío a la institucionalidad por parte del MRL que con López Michelsen pretendió desconocer el periodo presidencial para el partido conservador de 1962- 1966 y otras osadías que por la limitación de espacio no puede enumerar. Ya en la Universidad, del maestro Gerardo Molina aprendí que uno en la juventud tiene derecho, casi la obligación, a ser inconforme, pero en la edad madura tiene el deber de ser bombero. Uno tiene derecho a cambiar el rumbo de su vida y a luchar por un mundo en el que reine la justica social, pero debe evitar ser kamikaze, evadir el suicidio y con mayor razón el suicidio colectivo.

Colombia vive horas de desconcierto y de alguna manera todos somos culpables porque nos hemos dejado llevar por orates que se han presentado como redentores a sabiendas de que nos están engañando y nos tratan como a los indígenas en la conquista a quienes ilusionaron con espejos malvados a cambio de su libertad, de sus tierras, de sus riquezas. Los conquistadores se inventaron la historia de que se hacían dueños de las tierras para el rey de España, algo parecido al I TOOK PANAMA o como lo hace hoy Rusia con Ucrania o los célebres exprópiense en un país vecino.

En Colombia, vivimos horas dolorosas, pero la solución no es correr directo a los abismos, a las tumbas de sacrificio sin razón. Debemos beber la sabiduría de la sensatez y evitar la catástrofe.