Hagamos la siguiente invocación con la mejor intención de no causar daños.
“Buenos días vida. Necesito su ayuda, la ayuda de la sociedad, la ayuda de mi voluntad irrestricta para detener mis palabras dañinas, atar mis manos proclives al daño, moderar mis pensamientos que pueden perturbar mi vida y la vida de quienes me rodean y especialmente de las mujeres que merecen mi respeto y mi consideración y por estas razones sublimes me comprometo a no dañar, a no lesionar de ninguna forma a mis semejantes y repetiré hasta convencerme que no tengo ningún derecho sobre la vida, el destino de las mujeres con quienes tengo vínculos afectivos o de vida en cualquier forma.
Pido a mi ser superior, que apoye a las mujeres que están en riesgo o pueden estar en riesgo de recibir daño para que les permita con carácter y urgencia tomar las mejores decisiones para alejarse del peligro, para protegerse del mal.
Gracias vida. Lo prometo con mi más férrea voluntad.
Gracias, muchas gracias por su apoyo para que esta invocación llegue a todos los hogares de Colombia.