DETRÁS DE CADA GRAN HOMBRE HAY UNA GRAN MUJER

Las sentencias populares son sabias. Dignas de pensadores candidatos a premios Nobel. Con sabor machista se afirma que “Detrás de cada gran hombre hay una gran mujer.” También es válido decir que detrás de cada gran mujer hay un gran hombre. De un exitoso oficial superior de una de las ramas de los Fuerzas Militares de Colombia, escuché la siguiente frase: “WILMAR SIN ANGÉLICA NO ES WILMAR.” Y no solo lo decía por su profesión, sino principalmente por su familia que es ejemplo de solidaridad y respeto. La frase de Wilmar es contundente: Sin Angélica no hubiera sido oficial superior, ni tendría la familia que tiene. Sería un Wilmar común y corriente. Sería simplemente Wilmar.

Angélica es el símbolo de la mujer hacendosa y exitosa. Esposa, madre y empresaria. Columna vertebral de la familia. Sin la presencia efectiva y decidida de la mujer no se puede concebir la familia y sin familia no hay sociedad y sin sociedad no hay Estados o Países.

Durante muchos siglos la mujer fue discriminada, relegada al mundo del hogar. Se le consideró ama de casa, laboriosa solo en la casa y sometida a su marido. Las empleadas ganaban menos que los varones que hacían oficios similares y sus condiciones laborales eran inferiores a las de los hombres.

El 8 de marzo de 1908, murieron 146 mujeres trabajadoras de la “fábrica textil Cotton de Nueva York en un incendio provocado por las bombas incendiarías que les lanzaron ante la negativa de abandonar el encierro en el que protestaban por los bajos salarios y las infames condiciones de trabajo que padecían.” (Tomado de iggoh.com) ¡146 mujeres! Fue una masacre, como las que vivimos hoy graneadas en nuestros campos y ciudades.

Por esta masacre, el mundo entero celebra todos los 8 de marzo, el día internacional de la mujer y lo hace para recordar al mundo que la mujer lucha por su dignidad, es trabajadora en condiciones competitivas, y su integridad física, psíquica, afectiva, familiar y laboral deben ser respetadas.
Desde cuando la mujer ganó el derecho a profesionalizarse y demostró que tiene iguales y a veces mejores condiciones que el hombre, participa con entusiasmo en la construcción de la paz y del progreso de Colombia.

Por lo demás, no hay duda de que la mujer es pilar fundamental en la permanencia y progreso de la unidad familiar que es la más importante empresa del País.
Bien vale la pena recordar que está prohibida toda discriminación contra la mujer, por el hecho de ser mujer, que la mujer tiene derecho a recibir el mismo salario en oficios iguales, que durante el embarazo merece especial protección de salud, que no pueden ser sujetos de abusos sexuales y que no pueden ser vistas como objeto sexual , que no son propiedad de sus maridos o compañeros, que no se les puede prohibir que trabajen, estudien y se preparen y actualicen sus conocimientos en forma permanente.

Debo reiterar que la mujer debe procurar su independencia económica, su autosuficiencia, por lo que debe cotizar para salud y pensión todo con el apoyo de la empresa empleadora y de su pareja. La mujer ha superado la idea de que se casa para que su marido la mantenga, porque sabe que esa dependencia va en contravía de su dignidad y no pocas veces de su integridad personal.
Hasta hace un par de décadas la mujer solo podía ser ama de casa y garante de reproducción de la especie. Esta es una cultura superada. La mujer que sea progenitora responsable no aceptará quedar embarazada a voluntad de su marido.

La mujer, y de manera especial la cabeza de familia, merece especial protección por parte del Estado.

Quien ejerza violencia contra la mujer, por el solo hecho de ser mujer, debe ser sancionado con mayor rigor.

Un importante grupo de personas que velan por la protección a la mujer, consideran que a la mujer no se le debe violentar ni con el pétalo de una rosa.

Honor para todas las mujeres de Colombia, desde la recién engendrada hasta la matrona centenaria, y nuestra promesa de que respetaremos con celo y humildad sus derechos y privilegios.