La fidelidad se predicó para las mujeres porque solo teniendo relaciones sexuales con su marido se podía garantizar la paternidad y la verdad filial de los descendientes, herederos del poder económico y político. La sangre hereda el poder en todas sus formas.
Y al hombre se le permitió la infidelidad hasta el punto de que la fidelidad en el hombre lo hacía ver poco macho. Pero para ser infiel el hombre necesita una mujer y la mujer que facilita la infidelidad es tan infiel como el hombre y hay forma de compensar las culpas porque el hombre propone, la mujer dispone y casi nunca es gratis la disposición. Esta es la verdad y espero no sea lapidado por esta afirmación.