EDUCACIÓN PARA LA VIDA EN FAMILIA
Esta es la lección 773 del diplomado en educación para la vida en familia y el tema es DECIDÍ SER MAMÁ
La Constitución de Colombia, 1991, ordena que debemos ser PROGENITORES RESPONSABLES, que debemos tener, si optamos por tener hijos, solo los que podamos educar y sostener y de manera precisa enuncia los derechos básicos fundamentales de los hijos e hijas. La educación para ser progenitores responsables es mínima y podríamos decir que no se educa para cumplir esas tareas que demandan máxima responsabilidad.
En una reparación que se hacía en un apartamento, el maestro trajo como ayudante a una sobrina de unos 22 años de edad. Su oficio fue levantar tableta del piso con puntero y maseta. Un trabajo, en mi entender, duro y difícil para una mujer, pero ella lo hizo con facilidad.
En el descanso para el almuerzo le pregunté si estaba estudiando y me respondió que no porque había decidido ser mamá. Sin palabras. 22 años, trabajo como ayudante de albañilería, debe ganar el mínimo y optó por ser mamá. Con todo respeto digo que fue una pésima decisión para ella y posiblemente para su hijo, quien tiene un gran porcentaje de no ir a una buena escuela, de no tener una buena educación para desempeñar un oficio o una profesión que le permita recibir ingresos para vivir dignamente. Hago votos porque yo esté equivocado y que ese hijo logre ser una persona útil a su familia y a su sociedad.
Al mismo tiempo tuve información de una señora de unos 42 años que no tiene un trabajo económicamente generoso y cuya hija de 21 años, que tampoco es auto suficiente, tuvo un hijo. La señora está feliz y dice que tener ese nieto es una bendición de Dios. No creo que Dios esté de acuerdo con esa abuela. Un hijo sin progenitores responsables, sin por lo menos mediana educación, sin ingresos estables, con una vivienda muy humilde aun cuando aseada y con un poco de orden, tiene un futuro gris e incierto.
Los dos casos que refiere son de madres con limitaciones económicas y sociales, pero progenitores irresponsables y talvez en mayor grado que los relatados los encontramos en personas con estudios avanzados y con ingresos suficientes para atender todas sus necesidades, pero son padres ausentes, indiferentes frentes a sus hijos quienes se crían con terceros y fácilmente caen en vicios y sufren enfermedades especialmente mentales y no pocas veces caen en la tentación del dinero fácil y atentan contra la propiedad pública y privada.
Por favor, amigas y amigos que me escuchan, evitemos embarazos en y por adolescentes, hijos no deseados en menores de 25 años y en mayores de 45 años y antes de concebir un hijo garanticemos que tendremos por lo menos lo mínimo necesario para darle una vida digna. En esta época no es sensato tener hijos para que tengan vidas limitadas, con carencia de casi todo lo necesario para una vida decente, digna, maravillosa.
Su amigo, abogado y profesor
Carlos Fradique-Méndez