El SAGRADO DERECHO A LA DESIGUALDAD (I PARTE)

El SAGRADO DERECHO A LA DESIGUALDAD (I PARTE)

DIPLOMADO EN EDUCACIÓN PARA LA VIDA EN FAMILIA (402)

Carlos Fradique-Méndez
Abogado de Familia y para la Familia

NORMAS GENERALES SOBRE LA IGUALDAD

Uno de los derechos humanos es el de la igualdad, la no discriminación negativa, que en la declaración universal de los derechos humanos, se predica en los siguientes términos:

Artículo 2 Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

Por su parte en la Constitución de Colombia la igualdad se predica en los siguientes términos:

Artículo 13. Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica. El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptara medidas en favor de grupos discriminados o marginados.

En esencia, los textos son equivalentes.

Recuerdo que JORGE ELIECER GAITÁN decía que no nos debe interesar la igualdad retórica ante las leyes, sino la igualdad palpitante ante la vida. Su propuesta sigue vigente.

En la universidad y en mi juventud, rodeado de diferencias de todos los tonos y colores no tuve capacidad para entender que todos somos iguales, siendo que todos y todo es diferente, en sentido amplio… todo es desigual.

LECCION SOBRE LO QUE ES LA IGUALDAD

Del profesor Gustavo Zafra, constituyente y decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Javeriana de Bogotá aprendí, espero haber entendido bien la lección, que la igualdad se realiza cuando se reconocen y se respetan las diferencias. Digo yo: todos tenemos derecho a una vivienda digna, pero cada familia puede tener las comodidades y privilegios que su condición le permita y ninguno puede carecer de vivienda en por lo menos las condiciones mínimas de dignidad humana y por eso no es diferencia, no es desigualdad aceptable que tengamos familias “viviendo” en casas de cartón, de lata, rodeadas de muladar y sin servicios básicos de higiene.

Estas condiciones de miseria niegan el derecho a la igualdad y hacen de la desigualdad no justificada un monumento a la miseria, a la pobreza, a la violencia social contra el ser humano.

LA IGUALDAD EN LA TEORIA Y EN LA PRÁCTICA

En la vida real la idea de que somos iguales, en abstracto iguales, es un distractor, una utopía y políticamente un engaño y la idea de que somos desiguales, dignamente desiguales es la palpitante realidad y además la manifestación de todas las formas de lograr el equilibrio en todos los quehaceres de la vida, equilibrio que se mide en las balanzas romanas de brazos desiguales para pesos desiguales en las que al brazo corto se le da más peso y al brazo largo se le da menos peso.

Al que tiene más se le pide más y al que tiene menos se le pide menos, “de cada quien según su capacidad y a cada quien, según su necesidad”, pero sin hacer apología de que es maldad tener más y sin estimular la pereza y la vagancia de quienes tienen menos.

En la vida real todos queremos ser desiguales, positivamente desiguales, ser mejores que otros y lograr mejores condiciones de vida y la mayoría de las personas vamos jalonando a quienes tienen menos para que sean mejores día a día.

Todos queremos ganar más y cuando se pide reconocimiento de condiciones de igualdad el que tiene menos quiere que le reconozcan los mismos derechos que el tiene más y nunca he visto que el que tiene más quiera igualarse con el que tiene menos o recibir tanto como el que tiene menos.

EJEMPLOS MARAVILLOSOS DE LA DESIGUALDAD POSITIVA

Recuerdo el siguiente ejemplo de la vida real. A unas 15 millas del puerto se encontraron un barco torpedo y un submarino mediano. Se saludaron cordialmente y el torpedo en un acto de arrogancia le digo al submarino: Hagamos una apuesta de carreras para saber quién llega primero a puerto seguro. El submarino lo miro y le digo con afecto: Acepto, pero vamos a competir debajo del agua.

Excelente lección para entender el respeto a las diferencias y el reconocimiento a la igualdad, no en las mismas condiciones sino en las condiciones propias de cada ser, de cada elemento de la sociedad.

Y para finalizar esta columna, los invito a que veamos la vida, obra y muerte de la REINA ISABEL II DE INGLATERRA y espero que hablemos dentro de 8 días.

SIGAMOS CULTIVANDO LA PAZ EN LA FAMILIA
Sigamos cultivando el respeto, las palabras decentes, la autoestima, el civismo, en nuestra familia, en nuestra sociedad y en Colombia para para tener vida digna y sana convivencia.

Bogotá, del 12 al 18 de septiembre de 2022

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