LA FAMILIA JUDAS

LA FAMILIA JUDAS

DIPLOMADO EN EDUCACIÓN PARA LA VIDA EN FAMILIA (79)

Carlos Fradique-Méndez
Abogado de Familia y para la Familia

Hombres y mujeres que cultivan la mentira, la falsedad y la traición orgullosamente se deben apellidar JUDAS. Inspiran rechazo y fasti-dio. JUDAS es símbolo de la traición, la maldad, la mentira y de quien promete a sabiendas de que no va a cumplir.

La Constitución de Colombia, Art. 83, dispone que la buena fe se presume en todas las gestiones de los particulares y de los funcio-narios públicos en general. La Corte Constitucional en Sentencia C-1194/08, enseña que “El principio de buena fe exige a los particula-res y a las autoridades públicas ajustar sus comportamientos a una conducta honesta, leal y conforme con las actuaciones que podrían esperarse de una “persona correcta (vir bonus)”. Así, la buena fe presupone la existencia de relaciones reciprocas con trascendencia jurídica, y se refiere a la “confianza, seguridad y credibilidad que otorga la palabra dada”

Es como aplicar el principio de los abuelos para quienes la palabra tiene (¿Tenía?) más valor que los escritos y que en todo caso “La palabra de honor” se cumple sin poner duda. Antes de los años 50 del pasado siglo XX si el padre moribundo decía que a fulano de tal le debía tanto dinero, los herederos le pagaban sin más pruebas y de la misma manera, una vez moría el acreedor, los deudores se presentaban ante la viuda o el viudo para pagar lo que debían, en muchos casos deudas solo de palabra.

Y es porque antes de la escritura, el valor de la palabra fue supre-mo. A las personas se les enseñaba a no mentir y a temerle a decir mentiras. El respeto por la verdad era superior.

En la época antigua se impuso como mandato de Dios el “No come-ter falso testimonio, ni mentir”

Mentir es una conducta grave. Es engaño, trampa, truculencia, infi-delidad con la verdad y en la familia es causa de rompimiento de la vida en común. Vale la pena honrar la verdad en la familia, la socie-dad, en el actuar privado y en público.

El pensador español Don José Ortega y Gasset moldeó la frase que enseña que el ser humano es él y sus circunstancias. “Yo soy yo y mis circunstancias”. Y el mundo de hoy enseña a mentir y hasta premia al mentiroso.

El mentiroso, el falso, el farsante, el embustero, el mendaz, el per-juro, el cínico desvergonzado y sinvergüenza, el experto en enga-ñar, el manipulador, el retrechero, el desleal, el hipócrita, el oportu-nista negativo, el cultor de sofismas, el ladrón, el estafador, el que no oculta su cara de mentiroso, el tramposo, ocupan un lugar desta-cado, claro que negativo, en la sociedad. Esta afirmación se aplica a hombres y mujeres de todas las edades y condiciones.

Negar una verdad es una forma de mentir. Las personas se han acostumbrado a responder, “Yo no fui” “Yo no tuve la culpa” “No Tengo ni idea” todo porque la familia y la sociedad les han formado desde niños esa mentalidad.

Veamos algunos casos:

1) En la escuela se estimula el “copia y pegue”. Es delito de pla-gio.
2) Las hijas mienten para salir con el amigo a intimarse.
3) Los esposos y esposas tienen reuniones o salidas de trabajo que son citas con su compañero(a) de turno.
4) Se envían correos para informar que el destinatario se ha ga-nado una lotería y una herencia, todo con el fin de obtener in-formación para estafar,
5) Se “hace el favor” se firmar declaraciones extra juicio para demostrar convivencia de por lo menos dos o cinco años para recibir bienes en sociedad patrimonial o sustitución de pen-sión.
6) Se inscribe como hijo del matrimonio al concebido con un ter-cero.
7) Se disfrazan de pordioseros para pedir dinero.
8) Se disfrazan de policías, de autoridad o empleados de empre-sas públicas para robar en apartamentos.
9) Se adultera el informe del colegio para ocultar mal comporta-miento o la pérdida de un área escolar.
10) Se guarda silencio o se responde “no se”. Se miente ocultando la verdad.
11) Se matriculan en los carteles de testigos falsos.
12) Se prometen puestos y obras para ganar elecciones, a sabiendas de que no se va a cumplir.
13) Se cobran obras no realizadas o por escolares no exis-tentes para robarse los dineros públicos.
14) Y así como los sicarios tienen su divinidad, los(as) menti-rosos(as) tienen la suya, van a oficios religiosos y oran para que no sean descubiertos(as)

Todo un catálogo de cambalaches y sigue vigente el tango:

“No pienses más; sentate a un lao,
que a nadie importa si naciste honrao…
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura,
o está fuera de la ley…”

Si no recobramos el valor de la verdad, el respeto por los demás, el valor de la honradez, el amor a la vida, la cultura de sana convivencia, será imposible vivir en paz y en armonía.

Bogotá, 28 de marzo de 2016.
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