EL ARTE DE LA PAZ EN LA FAMILIA

La familia es el primer Estado del que tiene conocimiento el ser humano. Aprender a convivir en sana PAZ en la familia es un avance para proteger el poco de familia que nos queda y para contribuir eficazmente con la PAZ en la sociedad.

Recordemos que somos cuerpo, mente, espíritu, religiosidad, efectividad y sociabilidad; que cada persona es única e irrepetible de tal manera que la unidad de quereres y pensamientos entre las personas es casi un imposible deontológico. Entonces, por necesidad de subsistir y preservar nuestros cinco elementos enumerados debemos aprender a ser tolerantes, a respetar las diferencias, a no agredir ni provocar porque otros piensen diferente a nosotros. Claro que ese derecho a pensar, hablar u obrar diferente no autoriza a que dañemos, insultemos, ofendamos a los demás.
La familia, en términos generales, se forma por la unión responsable de un hombre y una mujer. Las excepciones confirman la regla. Esos dos asociados lo deben hacer para enriquecerse mutuamente para perfeccionar su integridad humana. Y ese fuego de amor y de respeto debe perdurar y cultivarse día a día, aceptando todos los cambios que ofrece el paso inexorable del tiempo. El amor de cuando teníamos 20 años es bien diferente al amor que podamos tener a los 40, 50 o a los 60. Estos cambios son inevitables.
Y para lograr el crecimiento integral de la familia es necesario alimentar día a día la sana convivencia, LA PAZ EN LA FAMILIA.
Es lamentable que por haber recibido herencia de mala educación de nuestros padres o criadores no podamos vivir en nuestra nueva familia y que el diario pasar sea suma de reproches y censuras.
Por esa mala educación, por el mal ejemplo recibido o aprendido luego, es por lo que nuestros pensamientos, miradas, palabras y obras pueden generar violencia intrafamiliar. Guerra en la familia.
LA PAZ fundamentalmente se logra aprendiendo a convivir con la adversidad para darle soluciones adecuadas. La PAZ no es ausencia de conflicto, sino capacidad para reparar las consecuencias del conflicto, para minimizar los efectos letales del conflicto.
Los problemas en la familia se generan por peleas, riñas, contiendas por celos, incumplimientos de deberes, agresiones de palabra y obra, embriaguez, consumo de estupefacientes, rutina y desidia entre otros. Hay casos en los que los intrusos, los enemigos de la paz familiar, se empeñan en destruir la familia. Si los dejamos actuar fácilmente logran su cometido.
Para hacer la paz se necesita inteligencia. Para hacer la guerra solo se requiere torpeza y emociones sin control.
Hay pocos textos sobre el arte de la paz y muchos sobre el arte de la guerra. Y sobre la PAZ o la GUERRA EN LA FAMILIA hay total indiferencia por parte de los conocedores del tema.
El maestro Sun Tzu, en su libro El Arte de la Guerra, afirma que “la guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando es capaz de atacar, ha de aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si está cerca del enemigo, ha de hacerle creer que está lejos; si está lejos, aparentar que se está cerca. Poner cebos para atraer al enemigo.”
En la familia no es extraño ver el engaño, la mentira, la astucia, la rapiña, la manipulación, los golpes a mansalva, la torpeza humana.